Volverás a mí
cuando tus ojos solo proyecten
sombras confusas
de una realidad que se escapa.
Cuando tus dedos
distraigan carencias
amainando temblores.
Y tus piernas,
ayer bastiones de firmeza absoluta,
busquen el consuelo
de quietos remansos.
Pero volverás.
Y las tardes calladas,
ayer preludio
de noches de caos y gemidos,
mañana, antesala del silencio
de la noche eterna.
Y volverás a mí,
porque solo en mí
hallarás el camino fácil
de la última sonrisa.
Volverá a ti. Te esperará en la antesala del silencio. Te esperará porque sabe que solo tu le arrancarás su ultima sonrisa.
ResponderEliminarPrecioso, Carmen. Sabes tocar con tus letras las fibras sensibles del alma.
Un abrazo y una sonrisa.