El que no inventa no vive.

Ana María Matute

martes, 28 de diciembre de 2010

El invierno de los que nada esperan


Llegaste a mí
vestida de otoño.

Silenciosa,
sencilla.

Sin el ardor primaveral
que altera los sentidos.
Sin el fuego del estío
que suaviza la brisa.

Llegaste a mí
vestida de otoño.

Y yo, como siempre,
me dejé arrastrar
al invierno infinito
de los que ya nada esperan.

2 comentarios:

  1. Triste y musical poema.
    Acentúo los versos finales:
    "Y yo, como siempre,
    me dejé arrastrar
    al invierno infinito
    de los que ya nada esperan."

    Besos

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  2. ¿Cuando piensas deleitarnos con tus versos?
    Les echo de menos.
    Un beso grande.

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